viernes, 11 de mayo de 2012

SOBRE EL MITO DE LA CAVERNA DE PLATÓN

Ericka Adilene Muñoz Minjares
A manera de introducción, diremos que el mito de la caverna de Platón se enfoca en varios puntos. El primero es una crítica a la realidad haciendo una comparación entre los hombres encadenados en la caverna y la condición del hombre actual. Como segundo punto encontramos la concepción platónica respecto a la política y finalmente, un acercamiento al mundo intelectual donde el cálculo, la geometría, y la astronomía son las ciencias del conocimiento.

Ubicados en la caverna podemos reconocer a los hombres encadenados representando al hombre actual, donde las cadenas son el miedo que le impide ver más allá. Podríamos hacer una similitud entre las cadenas y las normas que el hombre se pone en la sociedad. El hombre pues, se ha acostumbrado a vivir en la “comodidad” que sólo le deja ver la apariencia de lo que la cosa es. Se queda ahí, esperando que un tercero le diga qué hacer, son estos los sofistas, charlatanes o autoridades que le proyectan al hombre la idea de verdad cubierta por un velo sutil pero que a la vez ciega, pero el hombre es incapaz de levantar un brazo porque está cómodo donde está. Sería muy complicado para él deslindarse de su contexto porque a fin de cuentas es ahí donde él se dejó quedar, es él quien se dejo esclavizar. Es mucho más fácil que alguien te diga qué hacer a intentas hacerlas por ti mismo. Pero se trata que se dé cuenta, que si no tiene nada que hacer aquí, lo mejor será que se muera. Haciendo énfasis en este punto, puedo decir que en la actualidad se vive en esa caverna, nos hemos dejado llevar por los placeres materiales , por obsesionarse con cosas físicas como la comida, la ropa, el placer físico, el tener fama, el ser reconocido por los demás, pero no por un quehacer que ayude a la humanidad, sino con logros estúpidos en donde las personas de más fama son quienes cuentan  más, quienes se atreven a arriesgar su vida por ser vistos como algo más. Esta no es una realización personal, esto es vivir de las apariencias, de la conformidad que en lugar de superar te entierra debajo de la tierra. Y no es nada fácil lograr salir de ese pozo, pero se necesita una cabeza bien puesta en su lugar para lograr discernir en lo que se quiere y no se quiere ser.   Todo depende de la voluntad del individuo para  hacer las cosas por sí mismo, dejar su egoísmo, su pereza, sus ambiciones personales. No importa si no tienes una vida lujosa vida material, importa que el alma y la razón estén lujosas en sabiduría.
Platón busca la conciencia, de que el hombre actual se somete a esa caverna por su gusto, está encadenado porque así lo quiere, independientemente de lo que ocurra en su contexto, porque la persona es quien decide guiar su alma.

El camino a la verdad, es largo y complicado, por lo que primeramente debe reconocer el estado en el que se encuentra, partir de lo conocido para interesarse en lo que aún no conoce y encontrar en lo conocido el desinterés de continuar en la “comodidad”.
Cuando el hombre es capaz de verse tan cerca de la verdad del pensamiento intenta compartir su sabiduría, de transmitir la libertad que se puede experimentar cuando sale del contexto hermético que tenía en la caverna. Siendo parásitos de un mundo de las apariencias donde nada es lo que en realidad es. Sin embargo, no es fácil asumir que exista la esencia de las cosas, pues se han dejado acostumbrar a un mundo de apariencias y eso de cierta manera es agradable. En la actualidad, haciendo una similitud, el miedo del hombre a ir más allá se deja envolver en los placeres materiales, se embriagan en deleites sensibles. Sin embargo, deben arriesgarse, salir, conocer y luego juzgar. No puede entonces estar dentro de la caverna prejuiciado por lo que no conoce. Cuando el hombre sale conoce la luz de frente, encuentra en ella un deleite no sensible, sino intelectual. Y aunque no estaba preparado  para encontrarlo así directo, se puede acostumbrar a ello también siempre y cuando deje de lado su “yo” y desde ese momento comience a negarse a sí mismo.

Respecto  a la política
Platón menciona respecto a la parábola de la caverna en relación con la política: cree que para ser autoridad y dirigir a un pueblo es necesario que haya un desinterés de su parte hacia el puesto mismo, es decir, que no lo busque precisamente como logro personal de tener el puesto de presidente, o alguno de estos, sino que debe ser una persona con gran afán de indagar en el mundo intelectual y claro en la filosofía.
Al mismo tiempo remarca también su idea del razonamiento previo. De dejar un poco de lado el deleite sensible para poder pensar. Ya aprendiendo a ser analítico en su razón, podrá entonces valorar el mundo sensible con previo conocimiento del mismo.
Basta de que los hombres vivan cerrando sus cabezas, hoy más que nunca es necesario que dejen de lado prejuicios e ilusiones. Se debe proponer traer sus propósitos al momento, de comenzar a realizarlos desde el día de hoy.

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