sábado, 5 de mayo de 2012

ENCAVERNADOS

Arlen Alondra González González.

El mito de la caverna de Platón  es una brillante interpretación de la forma en que vivimos en la actualidad.  
      Platón en su mito que aparece en el  libro VII de la República nos describe una caverna donde hay un grupo de hombres encadenados, de modo que solo pueden ver lo que pasa frente de ellos, estos nunca han salido de allí, no conocen el mundo exterior,  detrás de ellos hay una hoguera y personas  que llevan varios objetos que con la luz de la hoguera  proyectan  sombras a la vista de  los hombres encadenados, para ellos estas sombras son la realidad. Un hombre es liberado y llevado al mundo exterior donde contempla y se da cuenta de una nueva realidad, ya convencido de lo que ha visto, vuelve a la caverna con sus compañeros que siguen encadenados y trata de explicarles la realidad de las cosas. Estos lo toman por un loco y lo amenazan con matarlo si es que los desencadena.

LA INTERPRETACIÓN
     Empecemos definiendo dos tipos de personas que existen en este sistema social de la actualidad:
     Los primeros son aquellos que por  ignorancia o por simple gusto adoptan una actitud conformista. Dejándose envolver en toda esa multitud de información basura de medios de comunicación y campañas políticas. Ya que, entre más ignorantes estén los hombres, más control sobre estos habrá. A este grupo de personas les llamaremos los prisioneros.
     En el siguiente grupo están aquellos hombres  estudiados e inconformes, que aunque hay muy pocos quieren expandir su conocimiento que fue adquirido por un largo esfuerzo. Estos ya no se dejan engañar por las simples imágenes que los inundan. Estos piensan más allá de las cosas. A este le llamaremos el grupo de los liberados.
     “La racionalización de la sociedad, en el capitalismo desarrollado, ha conducido a sociedades dominadas por una burocracia tecnocrática, donde el ciudadano queda reducido a anónimo sujeto de consumo. En las sociedades industrializadas modernas, las decisiones políticas son el resultado cada vez más de cálculos técnicos y cada vez menos de elecciones de vida en común; las opciones reales se cierran y el fin del gobierno se reduce cada vez más a mantener el sistema en movimiento.” [1]
     Este mito nos hace reflexionar la vida actual del hombre y su roll que juega dentro de este sistema social que aminora las capacidades del pensar, limitándolo a escoger entre infinita basura de comunicación y propaganda. Se puede ver cómo el hombre se vuelve crédulo de todo. Si un hombre, por ejemplo ve por la televisión un documental sobre el abismo abisopelágica de los océanos y se concluye que no existe vida dentro de estos, el espectador se lo creería fácilmente al estar acostumbrado a  no razonar o investigar  sobre lo que se le plantea.  Nos enfrentamos a una verdad vergonzosa porque aunque sabiendo los prisioneros de la posibilidad de salir al mundo exterior, estos simplemente no quieren salir. Quieren permanecer con las mismas creencias que los atan a la caverna. Por otro lado los liberados buscan la manera de que estos prisioneros logren llegar al verdadero conocimiento utilizando la razón y ya no solo los sentidos.
     “Las revoluciones modernas pueden verse como intentos radicales de encontrar una solución racional al eterno anhelo del hombre de lograr una sociedad liberada de la opresión, de la escasez y de la injusticia.”   [Ibíd.]

BIBLIOGRAFÍA
Luis Villoro, Filosofía para un fin de época. REVISTA NEXOS, MAYO 1993

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